UNO CON EL UNIVERSO

Vuelvo lentamente a la cárcel racional, la misma que me encerraba tiempo atrás y de la cual la idea de vos me libero temporariamente, ilusoriamente. Cárcel que también me preservaba del riesgo, del miedo a la libertad y sus consecuencias. Hoy, desde la privación del dominio de mis sentidos, revoco sentencias y destierro presencias, voy pareciéndome más a mí, a la que era antes, a la que no voy a volver a ser nunca más. Soy mucho más que una circunstancia, que una justificación que no llego ni a creer, que sostiene la mascara, mi mascara.

Comienzo la semana anestesiando el dolor, con trabajo, con libros (y blogs) en los que me refugio de la insensibilidad que me rodea. Mis amigos, son un respaldo, me consuelan sin saberlo, sin pretenderlo, y eso es lo que hace su accionar más destacable.

Volví a los libros o los libros volvieron a mí. Desde hace años, tengo la sensación real de que los libros vienen a mi encuentro en el momento indicado. He tenido libros por años en la biblioteca y de un día para el otro, algo que ciertamente no es el azar me lleva a abrirlos, a reencontrarlos, a re contextualizarlos, a descubrirlos, a agotarlos. Cuando voy a la librería con la idea de comprar un libro en particular, termino comprando muchos libros y olvidando comprar el que me llevo a la librería en primer lugar, literalmente me pierdo en los libros.

La semana pasada encontré adentro de una carpeta vieja de la facultad, que colapso de su estante, el libro Los Conjurados de J.L.BORGES, que una vez más viene a hacerme sentir menos sola,más afín con el universo, con lo diverso que implica cualquier momento. A las pruebas me remito:

Alguien soñará
¿Qué soñará el indescifrable futuro? ……..Soñará sueños más precisos que la vigilia de hoy. Soñará que podremos hacer milagros y que no los haremos, porque será más real imaginarlos. Soñará mundos tan intensos que la voz de una sola de sus aves podría matarte. Soñará que el olvido y la memoria pueden ser actos voluntarios, no agresiones o dádivas del azar.

Posesión del ayer
Sé que he perdido tantas cosas que no podría contarlas y que esas perdiciones, ahora, son lo que es mío. Sé que he perdido el amarillo y el negro y pienso en esos imposibles colores como no piensan los que ven. Mi padre ha muerto y está siempre a mi lado. Cuando quiero escandir versos de Swinburne, lo hago, me dicen, con su voz. Sólo el que ha muerto es nuestro, sólo es nuestro lo que perdimos. llión fue, pero llión perdura en el hexámetro que la plañe. Israel fue cuando era una antigua nostalgia. Todo poema, con el tiempo, es una elegía. Nuestras son las mujeres que nos dejaron, ya no sujetos a la víspera, que es zozobra, y a las alarmas y terrores de la esperanza. No hay otros paraísos que los paraísos perdidos.

Haydee Lange
Esas cosas, sin nombrarte te nombran.